domingo, 27 de julio de 2014

Pálpitos cerebrales. - El escritor II.

- ¿Estas bien? ¿Qué ha pasado? -Betty bajó en cuanto escuchó el estrépito. Al ver la cara de Andrew, se le cayó el alma a los pies. Casi sin darse cuenta había recorrido la distancia que les separaba y, desde atrás, le abrazó tiernamente y le susurraba palabras tranquilizadoras al oído.- No te preocupes, cariño. Sé que es duro, pero tu bloqueo acabará terminando, y encontraras de nuevo el hilo de tus historias. Ven, ven conmigo arriba. Mañana ya arreglaremos todo esto.
- ... Me duele la cabeza, mucho - susurró él, con un hilo de voz. Ella apenas reconoció la voz de su marido en aquella frase.
- Ven -repitió ella, tomándole de la mano mientras que con la otra retiraba suavemente el ordenador portatil de su regazo, obligándole suavemente a levantarse. Él se dejó hacer, dejándose llevar, como si de un niño pequeño se tratase- Sube conmigo, te daré uno de mis analgésicos, sabes que son de los fuertes.

Y ahí permaneció, tumbado en la penumbra, con un potente analgésico en su sistema, con Betty abrazándole y acariciandole. El dolor comenzó de manera brutal. Tras el grito y el... incidente, como él mismo se refiere a él a falta de un mejor termino, unas enormes oleadas de palpitante dolor comenzaron a sacudir su cráneo. Todavía faltaba un rato hasta que la pastilla le hiciera efecto, aunque él mismo dudaba que pudiera servir de algo. La oscuridad y el cariño había paliado, aunque mínimamente, la intensidad de las oleadas de dolor, pero aún se sentía como si la cabeza se le fuera a partir en cualquier momento cual sandía madura, esparciendo sesos y fragmentos de hueso por toda la habitación. 
Sonrió ante la ironía, podía ver claramente la macabra escena, pero no podía enlazar unos hechos que tuvieran sentido en su ordenador portátil. Esta idea comenzó a dar vueltas en su dolorido cerebro, pasando de un pensamiento molesto a enfadarle cada vez más. Apretar la mandíbula sólo contribuyó a aumentar el dolor de cabeza. Sus manos volvieron a cerrarse de manera que se clavaba las uñas y se le blanquearon los nudillos. Sin que él se diera cuenta algunos objetos, pequeños objetos, papeles, sobres, algunas horquillas de ella; temblaron brevemente y a continuación se elevaron muy suavemente desde las superficies donde reposaban.
Betty pareció notar su enfado, dado que Andrew empezaba a temblar de ira, pero pensó que se debía a que quizá él fuera a caer enfermo. Le abrazó más fuerte brevemente y posó un suave beso en la sudorosa sien. Este simple gesto distrajo a Andrew de sus furiosos pensamientos, tranquilizándole y haciendo que sonriera de nuevo. Respondió al abrazo de Betty y, con un suspiro, cerró los ojos e intentó dormir. Todos los objetos que se habían movido volvieron suavemente a su posición sin ruido alguno.
Andrew consiguió dormir al fin, aunque su cabeza aún no le dejaba en paz...

-♦-♦-

- Siento el destrozo, cariño -Dijo Andrew la mañana siguiente, tras desplomarse en la silla de la cocina. Delante de él había una taza con el fuerte café que su esposa preparaba todas las mañanas, capaz de despertar a los muertos, o a los alumnos de la conferencia más tediosa del universo, como ella misma decía, entre risas. Junto a la taza había un plato con un completo desayuno de huevos fritos, embutido y unas hermosas salchichas. Ella se apresuraba de un lado para otro, ya vestida para la oficina.
- No te preocupes, Andy -respondió ella con una sonrisa- Pensaba que necesitabas descansar, por eso te deje dormir.
- De hecho me desperté al notar la cama vacía -le sonrió él a su vez, mientras partía torpemente las salchichas con el tenedor- Ahora cuando te vayas recogeré los trozos.
- No te molestes, de verdad. -dijo ella, algo más seria- Anoche noté tu frente bastante caliente, deberías descansar un poco más. ¿Cómo esta tu cabeza esta mañana? 
- Sigue palpitando con fuerza, espero que para cuando vuelvas no haya salido ningún polluelo de ella. -bromeó Andrew- En serio, me acostaré de nuevo, pero déjame recoger eso primero. 
- De acuerdo -suspiró ella- debería irme ya o no llegaré.

Ya con el bolso en mano, cogió tiernamente la cara de su marido y depositó un cálido beso en sus labios. Durante ese breve instante, él quedó como paralizado, y un hermoso calor recorrió su cuerpo, haciéndole olvidar todo lo malo por lo que estaba pasando, incluso el dolor de cabeza infernal pasó a un segundo plano en ese momento. Tanto tiempo juntos, y aún su corazón se aceleraba con cada beso que ella le daba, con cada sonrisa tierna que ella le dedicaba.
Cuando ella cerró la puerta, él se quedó arrellanado en el asiento, deslizándose hacia una posición más horizontal, con el trasero prácticamente en el borde. Suspiró, con una aún sonrisa en los labios, mientras escuchaba como ella montaba en su coche, arrancaba e iniciaba su viaje hacia la oficina. Su mente vagó hacia otros momentos felices que había tenido con ella, que no habían sido pocos hasta la fecha. Sin él darse cuenta, el infernal dolor de cabeza fue perdiendo intensidad, transformándose en una sensación de bienestar que le hizo sentirse flotando, como en una nube.
De hecho, sus pies ya no tocaban el suelo, y la silla en la que estaba sentado se alzaba prácticamente medio metro del suelo, balanceándose suavemente como una cuna.

-♦-♦-

Canción del día: Nightwish - Ever dream (WOA 2013)
I'd take you away
Castaway on a lonely day
Bosom for a teary cheek

Sinceramente iba a decir: ¡A la "&%$#% la canción del día! y colgar el concierto completo, pero esta me ha llamado especialmente la atención hoy :).

PD: Mu y 47Ag, me ayudáis a mantenerme en pie cada día, junto con la música :) Gracias.
PD2: ¿A donde va esta historia? Realmente, no lo se. Al igual que con El cuervo, escribo lo que me viene a la cabeza, dejo que fluya desde mi cabeza loca hasta el teclado en el que me encuentre. A veces se necesita una salida.